lunes, 19 de noviembre de 2012

Privatización de beneficios - Socialización de las Pérdidas


La actuación de la clase política desde que estallo la crisis actual en 2008, NO ha sido muy propicia para la CONFIANZA.

La injusticia es cada vez más flagrante y estamos siendo testigos de cómo se incrementan las enormes desigualdades sociales, sobre todo en la distribución de alimentos, agua e ingresos y como la mayoría social debe pagar más impuestos para compensar el salvamento de una clase minoritaria pero con grandes privilegios.

También hemos visto como las distintas crisis; financiera, medio ambiental, alimentaria, del agua, de los conflictos y de la pobreza parece que conspiran para reforzarse mutuamente y construir una especie de “prisión” que no hace más que agravar la sensación de injusticia que percibimos en todos lados.

Se ha demostrado que incluso los animales tienen un sentido innato de la justicia, desarrollado a partir de la selección natural, pero al parecer los gobiernos y las élites NO comparten esta característica y están poniendo en serio peligro la supervivencia y la convivencia común. En este sentido, podemos decir que con las decisiones que se han tomado hasta ahora nos han robado dos veces a los que nada tenemos que ver con esta crisis:

      1) Porque la quiebra del “casino” ha hecho polvo la relativa seguridad económica de cientos de miles de personas para los años venideros, y,
      2) Porque ahora, buena parte de nuestros impuestos y la de nuestros hijos se gastarán en restaurar un sistema totalmente podrido y sin escrúpulos, en vez de utilizarse para que todos tengamos una vida mejor y más sostenible, en todo sentido.

Mientras tanto, este puñado de sinvergüenzas (banqueros rescatados y otros directores de empresas del sector automotriz por ejemplo) con guantes blancos y tras haber recibido billones de dinero público, continúan repartiéndose a sí mismos sueldos y dividendos desmesurados, y todo esto, mientras muchos productos financieros siguen dando vuelta por ahí a la espera de estallar como estallan todas las burbujas cuando se hinchan sin parar, y sin control.

Todo esto, nos ha llevado además a una autentica degradación de la soberanía popular como uno de los aspectos de este ataque indiscriminado contra los valores democráticos con los que tanto se llenan la boca los políticos, pero luego no los practican. Y es así, como desde el 2008 no se han dejado de privatizar beneficios (para una pequeña élite) y socializar las pérdidas donde TODOS tenemos que pagar (asalariados, profesionales independientes, jubilados, pensionistas, desempleados, estudiantes, etc.) los sucesivos rescates a estos sinvergüenzas. Y es así, como en paralelo, los individuos corrientes que solíamos ser considerados “ciudadanos” hemos quedado reducidos al estatus de “consumidores”.

Por cada rescate a uno de estos bancos se podrían haber apoyado a miles de Pequeñas y Medianas empresas que son las que constituyen más del 90% del tejido empresarial en casi cualquier país, sin embargo, estas continúan cayendo en un efecto dómino día tras día,  mientras el banquero causante de todo esto, continúa impune re diseñando el nuevo casino, y que tarde o temprano, volverá a quebrar con las políticas y la legislación actual.

El capital financiero ha llegado así a ser algo totalmente alejado de las preocupaciones y la actividades de la gente real que vive en la economía real, y al mismo tiempo, algo perjudicial para su vida.   

Para muchos la esperanza es frágil, pero basta echar un vistazo a la historia para tomar aliento y seguir trabajando pero juntos y con una visión común como sociedad, pues a pesar de estos pequeños triunfos del capital financiero, la indiferencia, la arrogancia, la injusticia y la violencia no triunfan eternamente.

Está claro que la humanidad vive como con casi todo lo que nos rodea en círculos donde a veces toca estar arriba y otras abajo, y por ende, la emancipación de la sociedad no ha terminado, es más, es un proceso constante que se retroalimenta permanentemente cuando somos capaces de aprender de nuestros errores del pasado para mejorar y superarnos de forma inteligente y sostenible cuando estamos arriba, y aguantar el chaparrón unidos cuando toca estar en la base del círculo.

Tenemos la gente, las ideas, y en conjunto incluso los medios económicos para lograrlo. Pero lo que nos falta es la conciencia y la confianza en nosotros mismos para que como se ha demostrado históricamente, logremos cambios positivos y para todos. Cambios que permitan alterar esta figura geométrica por una mas llana y equitativa en la que no tengamos que estar una veces arriba y otras abajo, sino que todos podamos visualizar un horizonte común y con justicia global.

Esta crisis financiera y de deuda soberana representan para todos una GRAN OPORTUNIDAD de abordar con decisión otras crisis como son la medio ambiental y la social, y donde se incluyen la desigualdad, la pobreza, la pérdida de valores, la escasez de recursos básicos, el cambio climático, etc.

La única condición: que seamos capaces de construir una visión común como sociedad (UNIDAD), y a partir de ahí, una estrategia que nos permita acceder y utilizar todos nuestros mejores recursos de forma inteligente, sostenible y por el bien común.

Mahatma Gandhi sugirió ya en su momento que uno de los mayores retos de la humanidad era encontrar la unidad entre la diversidad. Un reto que sin duda continúa vigente hoy!